Nada menos que 5.000 euros al mes es lo que cobran nuestros representantes políticos, lo que se traduce en cinco veces el actual SMI de 900 euros. Estos 5.000 euros se desglosan en una asignación institucional de 2.972,94 euros mes junto con los complementos y dietas necesarias para ejercer el cargo como pueden ser el alquiler de vivienda y manutención.
Pese a todo es más bajo que el homónimo de nuestros colegas europeos y es que yo personalmente estaría encantado en pagarle estas cantidades a nuestros servidores públicos siempre y cuando cumplieran bien su función, algo que no está ocurriendo en la actualidad cuando son inacapaces ni siquiera a sentarse y hablar.
Parece ser que la política se está convirtiendo en un chollo ya que cada vez es menos frecuente encontrarse a personas íntegras como a Joan Herrera o Joan Coscubiela aunque por suerte aún nos queden excelentes políticos como Joan Baldobí. Actualmente parece que incorporarse a las juventudes de un partido y tener contactos dentro de él es la antesala de una vida de lujos que es lo que está ocurriendo actualmente especialmente en los viejos partidos del bipartidismo.